El estudio de materiales antiguos, mediante una herramienta científica casi mágica llamada fluorescencia de rayos X, es parte integral de lo que se haría mediante la arqueología XRF normal. Es especialmente valioso para los científicos que estudian el pasado de las personas de mucho antes de que existiéramos, y lo que nos devuelven nos ayuda a comprender nuestro mundo actual. En este artículo, analizamos cinco formas diferentes en las que la XRF ayuda a revelar los secretos del pasado, para que comprendamos mejor la contribución de nuestros antepasados a su cultura.
Se puede pensar en la fluorescencia de rayos X (XRF) como una varita mágica que permite a los investigadores ver exactamente de qué materiales están hechos los objetos, sin tener que dañarlos. La forma en que esto sucede es realmente bastante interesante: los investigadores utilizan rayos X potentes para destruir una muestra, y el proceso genera nuevos tipos de emisiones de rayos X a partir de ella. Estos nuevos rayos X (rayos X secundarios) revelan mucha información valiosa sobre los materiales que constituyen un objeto.
El material del que están hechas las cosas puede estudiarse para averiguar de dónde proceden, qué edad pueden tener y qué cultura las produjo. Esta información nos ayudará a descubrir más sobre nosotros mismos y de dónde venimos. Los arqueólogos de todo el mundo disponen ahora de un medio no destructivo, seguro y eficiente para el estudio del biodeterioro de artefactos arqueológicos antiguos mediante tecnología XRF sin riesgo de arruinar estos objetos históricos que pueden conservarse intactos a lo largo de generaciones.
Una de las ventajas de la XRF es que se puede utilizar para determinar de dónde proceden objetos antiguos basándose en huellas dactilares o firmas en los materiales. Existen rocas y minerales de varios tipos en diferentes regiones y ciudades de todo el mundo. Elementos como el cobre, por ejemplo, tendrán una huella química que en ocasiones es diferente entre el mismo elemento procedente de diferentes partes de Turquía o incluso de otra mina en algún lugar de China. Eso es lo que la XRF puede detectar: singularidad.
Por ejemplo, el método de trabajo de los metales en la antigua Grecia estuvo profundamente influenciado por la forma en que trabajaban los productos metálicos las culturas de sus fronteras. Al utilizar XRF para estudiar los objetos de metal de la antigua Grecia, se puede revelar la vía del comercio y las interacciones culturales que determinaron cómo las diferentes regiones contribuyeron a la metalurgia de la antigua Grecia. Cuando entendemos estas interconexiones, nos damos cuenta de lo íntimamente que nuestras culturas interactuaron e influyeron entre sí a lo largo de la historia.
Por último, la XRF puede ofrecer información sobre cómo los métodos de trabajo de los metales cambiaron con el tiempo. Los materiales que se usaban comúnmente en artefactos como los objetos de metal revelarán a los historiadores las tecnologías y los procesos mediante los cuales surgieron por primera vez estas características arqueológicas. Esto es importante porque nos permite comprender mejor cómo se fabricaban los equipos en la historia de la humanidad y qué tipo de proceso complicado tuvieron que atravesar las personas para desarrollar nuevas habilidades y técnicas para manipular metales con los que no tenían experiencia.
Nanyang JZJ es una de las empresas líderes en el campo de la fluorescencia de rayos X (XRF) y esta área de investigación emergente depende en gran medida de su apoyo. Los arqueólogos de todo el mundo han utilizado sus escáneres XRF para explorar artefactos antiguos y aprender más sobre nuestra historia. Gracias a los esfuerzos realizados por los arqueólogos con la ayuda de la tecnología XRF, con el tiempo será posible revelar historias aún más interesantes de las culturas antiguas y su historia.